Usualmente cuando queremos recordar o enseñar acerca del "amor al prójimo" nos referimos a la parábola del buen samaritano. Pero la Palabra de Dios nos ofrece un gran número de relatos en los cuales es evidente el significado de amor al prójimo.
Este es el caso de aquellos hombres que llevaron a un paralítico a donde Jesús estaba enseñando, con la intención de presentárselo para procurar su sanación. En el capítulo 5 del libro de Lucas, se describe la forma tan osada como estos hombres, en su afán por ayudar en su propósito al paralítico, arriesgan sus propias vidas tan solo para ver a su amigo completamente restaurado (aunque las Escrituras no son claras respecto de la relación de estos hombres).
Sin pensarlo dos veces y ante la imposibilidad de acceder hasta Jesús por vías normales, suben a lo alto de la edificación en donde se encontraba Jesús y llevando a cabo una serie de malabares y peripecias, retiran algunas tejas del techo para abrirse un espacio y por allí poder descolgar a su amigo (quien valga recordarlo estaba en una camilla) hasta la presencia de Jesús, condición que hizo mucho más riesgosa la empresa de aquellos hombres.
No imagino la calidad de las edificaciones y sus tejados, pero no creo que hayan sido tan sólidas como las de ahora. Es claro que, a estos hombres, además de una gran fe, los movió un gran amor por su amigo, al punto de no importarles su propia seguridad.
Una vez estos hombres logran su cometido, tanto la salud espiritual como la física del paralítico son restauradas por Jesús. Pero es importante resaltar que fue "Al ver la fe de ellos" que Jesús actuó en la vida de aquel hombre paralítico y sin lugar a dudas también hizo lo propio en la vida de esos buenos individuos.
Entre las acepciones que ofrece el DRAE, encontramos que DAR es "soltar algo, desprenderse de ello", y fue precisamente lo que aquellos hombres hicieron, se desprendieron de sí mismos, arriesgando su propia integridad solo por la satisfacción de ver la vida y la salud de su amigo completamente restauradas.
Dar todo y lo mejor de nosotros mismos en beneficio de otros, es realmente recibir todo y lo mejor de Cristo.