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¿En Dónde Están Tus Tesoros?


Seamos ejemplo, no sólo en lo público, sino también en lo privado. No hagamos lo que hacemos o seamos lo que somos para agradar a los demás, sino únicamente para la gloria de Dios.

Jesús nos anima a tener una mentalidad de eternidad y no sólo de esta vida terrenal. Si entendemos lo realmente valioso, que es lo que tiene repercusión eterna, muchas de nuestras prioridades en nuestra vida cambiarán.

Tu corazón está donde están tus prioridades. Donde pones tu tiempo, recursos y esfuerzo, ahí está tu pasión. (Mateo 6.17-20)

También podemos crear falsos ídolos. Hay cosas que pueden ocupar el lugar de Dios en nuestras vidas como el sexo, el dinero, la fama, el trabajo, etc. Alimentamos nuestra mente a través de lo que vemos y oímos, por eso es muy importante tener personas a nuestro alrededor que nos influyan positivamente y edifiquen nuestras vidas en todas las áreas. (Mateo 6.21-24)

Nuestra preocupación suele estar en nuestros recursos, pertenencias, planes de futuro o trabajo. No debemos ignorar todo esto, pero si debemos recordar la forma tan especial con la que Dios cuida de los pájaros, pequeños animales que siempre tienen de dónde comer. Enfoquémonos en su reino y confiemos en que Él tiene el control de cada área de nuestra vida, si se las entregamos a Él. (Mateo 6.25-28)

La fe no es sólo creer que Dios existe, es la convicción y la confianza de que Dios bendice, provee y ama a sus hijos. Esto produce paz en nuestras vidas. Una paz que se aleja de lo que el resto de la sociedad busca: estabilidad personal y seguridad propia. Descansemos nuestras necesidades en Él y confiemos en su majestuosidad. (Mateo 6.29-32)

Debemos hacer de la prioridad de Dios, la nuestra, y esto es su reino y su justicia. Aunque las situaciones puedan ser difíciles y no entendamos lo que nos esté ocurriendo, busquémosle por encima de todo, sin preocuparnos por lo que vendrá, y Él nos proveerá. (Mateo 6.33-34)

Acerquémonos a Jesús para que Él renueve cada debilidad en nosotros. Y pidámosle por nuestras necesidades, con la certeza de que Él tiene todo el poder y autoridad para respondernos mucho más allá de lo que nos podamos imaginar. (Mateo 7.7-8)

Podemos fácilmente imitar a un cristiano: orar varias veces al día, hacer buenas obras, cantar canciones de adoración, leer la Biblia e ir a una reunión cada domingo con otros cristianos. Pero si realmente nuestra vida no se alinea con Jesús, y no somos nuevas criaturas en Él, no renovamos nuestra mente cada día, ni le buscamos con todo nuestro corazón, seremos desconocidos para Él. (Mateo 7.21-23)

La historia del hombre que construyó su casa en la roca, nos enseña que edificar nuestra vida sobre un cimiento correcto no es lo más rápido e instantáneo. Pero estar firmes y plantados en Él nos protegerá de cualquier tormenta o dificultad que venga. Aunque la casa tenga daños exteriores, el interior nunca será destruido.

Así que seamos sabios y edifiquemos nuestra vida sobre la roca, construyamos sobre nuestro fundamento y piedra angular: Jesús (Mateo 7.24-29)


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