Claridad o Confianza
- Andrés Huertas SamakBlue
- 23 sept 2016
- 2 Min. de lectura

La historia que cuenta la Biblia en el libro de Oseas es muy bella. No solo por lo que nos enseña sobre el pueblo de Dios, sino por lo que nos enseña a cerca de Dios. A pesar de que Dios le pide a Oseas hacer lo inconcebible, él nunca se estremeció o dudó al respecto. Desde el altar al lecho nupcial, a la plaza pública, pasando por la subasta, el amor de Oseas a Gomer fue implacable y completo.
Imaginemos que Oseas hubiera dicho que no a la instrucción de Dios, claramente había mucho en riesgo, su reputación, su posición, su dignidad, y la credibilidad de su ministerio. Pero Oseas decidió confiar en el plan de Dios en lugar de quedarse pasmado y decepcionado debido al exabrupto que Dios le pidió. Oseas no dudó ni por un segundo obedecer al Señor y eligió la confianza en lugar de la desesperación.
Confiar en Dios es más difícil de lo que quisiéramos. Usualmente estamos absolutamente de acuerdo con Dios respecto de lo que tenemos que hacer, pero rara vez le preguntamos cómo Él quiere usarnos. Muchos de nosotros confiamos en Dios solo cuando Él valida nuestros propios planes y anhelos.
Puede ser que tengas cierta idea de dónde vas a servir o cómo se va a manifestar tu ministerio, pero si Dios te guía a un lugar que aparentemente te aparta de tus propios planes, vas incluso a sentir que Dios no cumplió sus promesas.
Uno de los aspectos más importantes en la formación de un líder es su confianza en medio de confusas circunstancias.
La madre Teresa dijo, “Nunca he tenido claridad; lo que siempre he tenido es confianza”. ¿En cuál de las dos posiciones te encuentras hoy? ¿Preguntándole a Dios qué hacer frente a tu propia necesidad? o expresándole tu absoluta confianza diciéndole "dime lo que quieres que yo haga, a donde sea te voy a seguir". ¿Has pensado en qué sería la cosa más inimaginable que Dios podría pedirte a ti?
Recuerda que el plan de Dios es perfecto, que todo lo dispone para el bien de quienes lo amamos, que Dios es nuestro Padre y su amor es imponderable y siempre quiere lo mejor para nosotros.
No dudes del plan de Dios. Obedece. Síguelo. Decide confiar más que entender.