La Felicidad es una Elección, no una Circunstancia
- Andrés Huertas SamakBlue
- 15 ago 2016
- 2 Min. de lectura

Todo en esta vida se trata de elegir. Dios nos ha dado la facultad de tomar decisiones dentro del marco del libre albedrío. Si bien, los creyentes nos sometemos a la voluntad absoluta de nuestro Padre Celestial, cierto es también que esta elección es libre y espontánea. Dios no nos obliga a creer en Él o a amarle u obedecerle. Sin embargo, en su infinito amor, el Señor nos muestra las características de los dos caminos que se abren frente a nosotros en cada día, y nos revela cuáles serán las consecuencias de elegir alguno de los dos (Deuteronomio 28; 29).
Así las cosas, es decisión nuestra el camino a tomar. Somos nosotros mismos quienes elegimos la vida o la muerte (Deuteronomio 30:19) Del resultado de nuestra elección depende nuestra felicidad (Lucas 6:43-44). Y esa felicidad no puede depender de las circunstancias que rodean nuestro día a día, sino de las hermosas promesas que nos da el Señor, de la presencia de Jesús en nuestra vida y de su Santo Espíritu en nuestro corazón.
Es por esto que hay que nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesús (1 Pedro 1:3), para que tengamos un nuevo corazón y un nuevo espíritu (Ezequiel 36:26). Todo en esta vida es temporal, nada es para siempre, solo la Palabra de Dios que se constituye en promesa para nosotros, es eterna.
Elige ser feliz y desecha de una vez por todas las angustias de tu corazón. Hermosea tu rostro con el gozo del Señor (Proverbios 15:13). Que no te afane nada de este mundo, pues el Señor tu Dios sabe plenamente lo que necesitas antes de que lo digas (Mateo 6:8). Enamórate de Dios y de su hijo Jesús, busca y consulta su Palabra que lo demás vendrá por añadidura (Lucas 12:22-31)
Deuteronomio 30:19 NVI »Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.