Son frecuentes las ocasiones en las que sentimos que es mucho más fácil alabar y gozarse en el Señor en medio de la abundancia, y lo contrario sucede en medio de la escasez. Y eso, el Señor lo sabe (Hebreos 3.7-13)
Todos tenemos sueños, algunos que se cumplen, otros que no. Todos hemos sentido envidia del éxito de otros y hemos preguntado al Señor ¿por qué ellos o aquellos si y yo no? Y eso, el Señor lo sabe. (Salmos 73:3; Proverbios 24:1) Hemos llegado incluso a pensar que los inicuos, los malvados, los no creyentes e incluso aquellos que se autodenominan creyentes no practicantes nunca verán ese fracaso que de seguro nosotros si veremos o estamos viendo. Y eso, el Señor lo sabe (Colosenses 3:25)
A veces consideramos que el tiempo ya no está de nuestro lado y que todos aquellos anhelos de juventud se esfumaron en el viento. Y eso, el Señor lo sabe (Job 17:11)
Por momentos creemos que ya no tenemos tan siquiera el derecho a soñar, y que no tenemos nada que ofrecer a Dios, a nuestra familia o a la sociedad. Sentimos que somos peregrinos sin tierra. Y eso, el Señor lo sabe.
Pero lo cierto es que todos estos pensamientos y elucubraciones son producto del engaño que el enemigo ha insuflado en nuestras mentes y corazones, con el único y nefasto fin de robar las promesas de Dios para nosotros, matar nuestra alma, y destruir la obra que el Señor ha hecho, está haciendo y hará en nosotros. Y eso, el Señor lo sabe (Juan 10:10)
Para Dios no hay nada oculto, Él conoce perfectamente las intenciones de nuestro corazón. Él ve cómo es nuestra conducta. Él escudriña a diario nuestro desvencijado corazón. Y por eso nos enseña a amar, a creer, a esperar y a sentir contentamiento. Nos muestra el verdadero valor de las cosas y las cosas que tienen un verdadero valor.
Así pues, Dios nos enseña que las riquezas de este mundo son perecederas, que no solo de pan vive el hombre, que Su Palabra es alimento diario y necesario, que los grandes tesoros del mundo enceguecen el corazón y nos separan de Su Presencia, que la pobreza y la mendicidad no son una opción válida para sus hijos amados, que nuestro verdadero tesoro está en el cielo, que recibiremos 100 veces lo que dejamos o perdimos, que viviremos junto a Jesús por la eternidad, que a la postre el triunfo será de los justos y el fracaso eterno de los malvados.
Así las cosas, nuestro papito Dios en su infinito amor por nosotros nos regala una carta de navegación con las instrucciones necesarias para que no caigamos en las trampas del enemigo y nos revela lo que les depara a sus hijos como respuesta a la obediencia, así como a los malvados por su franca y abierta desobediencia.
I. Lo que no debes hacer
1. Enojarte por causa de los malvados o de los que prosperan 2. Sentir envidia de los malhechores o de los que alcanzan el éxito 3. Hacer el mal a otros 4. Ser impaciente 5. Dejarte llevar por la ira (es lo peor que puedes hacer) 6. Pedir prestado y no pagar 7. Dar por caridad y no por amor 8. Dar lo que sobra 9. Promover la injusticia 10. Procurar el mal a los demás y emboscarlos 11. Ser grosero y utilizar palabras ociosas 12. Buscar el pecado
II. Lo que debes hacer
1. Alegrarte por los triunfos, logros y éxitos de los demás 2. Confiar en Dios 3. Dedicar tu vida a hacer el bien 4. Mantenerte fiel a Dios 5. Entregarle tu amor a Dios 6. Poner tu vida en las manos de Dios 7. Callar en presencia de Dios, y esperar paciente a que actúe 8. Ser humilde 9. Observar siempre buena conducta 10. Vivir honradamente 11. Pagar tus deudas, sin distinción 12. Prestar con agrado y dar con generosidad 13. Amar y promover la justicia 14. Hablar siempre con sabiduría y justicia 15. Tener presentes las enseñanzas de Dios 16. Confiar en Dios y cumplir su voluntad
III. Las consecuencias del malvado
1. Se secarán como la hierba cortada (separada) 2. Serán destruidos 3. Dios se burlará de ellos, pues sabe que pronto serán destruidos 4. Dios pondrá fin a su poder 5. Cuando lleguen los días malos les faltará el alimento 6. Se desvanecerán como humo 7. Se marchitarán como si fueran flores silvestres. 8. No entrarán a la tierra prometida 9. No tendrán el apoyo de Dios 10. Al final fracasarán 11. Tendrán tropiezos 12. No recibirán la salvación
IV. La recompensa de los justos
1. Te dará lo que más deseas 2. Siempre actuará en tu favor 3. Todos te verán como hombre justo y recto 4. Recibirás la tierra prometida 5. Disfrutarás de mucha paz 6. Te apoyará en tus proyectos 7. En los días malos no pasarás vergüenza 8. Abundará el alimento 9. Darás con generosidad 10. Te mantendrá firme 11. No fracasarás a pesar de las muchas caídas 12. No vivirás nunca en la miseria 13. Ni tu ni tus hijos mendigarán el pan 14. Tus hijos serán benditos y protegidos 15. Jamás te abandonará 16. Siempre te protegerá 17. No tendrás tropiezos 18. Te protegerá de caer en las manos del malvado 19. No serás condenado 20. Te exaltará entre los hombres 21. Tendrás un futuro brillante 22. Será tu refugio 23. Te dará la victoria 24. Serás salvo
"Mantenme alejado de la mentira, y no me hagas pobre ni rico; ¡aléjame de toda falsedad y dame sólo el pan de cada día! Porque si llego a ser rico tal vez me olvide de ti y hasta me atreva a decir que no te conozco. Y si vivo en la pobreza, puedo llegar a robar y así ponerte en vergüenza." (Proverbios 30:8-9 TLA)