¿Cuántas veces haz renegado de aquellos momentos que te han parecido adversos, injustos o en contra de tus expectativas? ¿En cuántas ocasiones haz elevado al cielo un lastimero por qué? ¿Cuántas veces tu fe y esperanza se han visto comprometidos por tu análisis lógico y apresurado de las situaciones?
Cada momento, cada circunstancia, cada hecho que compone tu vida, no es el resultado de la mera casualidad sino que se trata de una intrincada red de eventos cuidadosamente planeados y definidos por Dios para tu disciplina, edificación, educación, depuración, corrección y bendición.
En Dios NO existen las coincidencias. Lo que hoy para ti puedes ser una adversidad, no es más que un evento necesario para lo que viene. No puedes juzgar tu propia vida y destino a partir de lo que alcanzas a ver con tus ojos o de las circunstancias que te están sucediendo. De hecho, no deberías juzgar ninguno de tus momentos, pues dicho está que TODOS los planes del Señor para ti son de BIENESTAR y no de calamidad, y con esto Dios te está dando la garantía de un bello y bendecido futuro para que no pierdas la esperanza (Jeremías 29:11 NVI).
En tu vida no existe nada al azar, incluso las consecuencias de tus propias decisiones, si te apartan del camino que Dios tiene para ti, son automáticamente corregidas por Él, porque eres su hijo, porque te ama y quiere lo mejor para ti (Proverbios 16:9 NVI)
Ama y disfruta cada día de tu vida con todo lo que te traiga y preocúpate mejor por obedecer y hacer el bien a otros (Eclesiastés 3:9-11; 12-13 NVI). Gózate en el señor tu día a día con la plena certeza que TODO lo que te sucede es para tu bien. Vive cada día no creyendo en el azar o en las coincidencias, pues cada nuevo día en tu vida es una nueva cita con el Señor. Prepárate mejor para la siguiente y Disfruta cada una de ellas. Dios te bendice.
(Lee la hermosa historia de una cita con el Señor y sus “Dioscidencias” en 2 Reyes 8:1-6 NVI)